Tus ojos muestran/
lo que no demuestran/
mas humedecidos/
tientan, una compasión/
incierta, que a la puerta/
llama de la solemne tristeza/
Anidada en los vidrios/
desta violenta tortura/
no cura este bálsamo/
lo que nunca es reparado/
con saña vituperado/
y daña la duda/
Y cuando caiga la última lágrima de dolor/
(rocío en los bosques del olvido)/
mi mayor temor no será la muerte/
sino el no haber vivido/
¡VIVE!
y deja vivir
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